Mantener el estado del bienestar y garantizar un buen funcionamiento de los servicios públicos son los dos principales objetivos por los que se recaudan impuestos en España. Estas aportaciones son obligatorias por ley, pero, ¿cuáles son los principales impuestos en nuestro país? ¿Qué es el IVA? ¿Y el IRPF? A continuación te explicamos lo que necesitas saber.

La importancia de expertos en derecho tributario

Contar con expertos en Derecho tributario o fiscal es vital para conocer las normas que las autoridades nos exigen a nosotros, los contribuyentes. Estos profesionales nos ayudan no solo a la presentación de impuestos, sino también a cumplir las normas tributarias del país y a reducir el riesgo de posibles errores en el pago de los mismos (en cantidad, tiempo o forma). Con ello reducimos la posibilidad de sanciones por parte del fisco.

Los principales impuestos en España

Los reduciremos a los siguientes.

¿Qué es el IVA?

El IVA es el Impuesto sobre el Valor Añadido. Creado en 1986, este impuesto tiene carácter indirecto. Es decir, no recae sobre la renta del trabajo ni el patrimonio del contribuyente, sino sobre el uso que cada persona hace de su dinero. Su ámbito de aplicación excluye a las Islas Canarias (que tienen su propio impuesto, el IGIC) y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Este tributo cuenta con varios tipos impositivos, aplicables dependiendo del tipo de servicio del que se trate: 4 % o tipo superreducido, aplicado a productos de necesidad básica; 10 % o tipo reducido, para productos sanitarios, alimenticios o para el transporte de viajeros, y el general del 21 % para todo aquello que no se incluye en los grupos anteriores.

El importe resultante del impuesto lo vemos reflejado en un documento, la factura. Este impuesto no supone ingreso ni gasto para las empresas, puesto que no lo pagan ni lo cobran; simplemente lo transmiten del consumidor a la Agencia Tributaria. En otras palabras, las empresas actúan como simples recaudadoras.

Así, el IVA únicamente grava la circulación del dinero, sin llegar a considerar circunstancias personales como sí lo hace el IRPF.

¿Qué es el IRPF?

El Impuesto de la Renta de las Personas Físicas es un tributo directo y progresivo. Es uno de los más importantes para la Agencia Tributaria. Grava la renta que recibe el ciudadano, el cual contribuye al sistema dependiendo de su situación familiar, económica y laboral. Se trata de un impuesto personal, ya que recae en las personas físicas y no en las jurídicas.

Se paga mensualmente en base a un sistema de retenciones. Al final de cada ejercicio se efectúa un balance: si sale negativo, recuperamos todo o parte de lo retenido, y si sale positivo, debemos abonar dinero (quiere decir que no habíamos pagado suficiente a Hacienda). En el caso de los trabajadores autónomos, la renta generada se declara cada trimestre mediante un modelo de presentación específico.

Para poder determinar la capacidad económica de cada uno de nosotros se consideran algunos factores personales o familiares (personas a cargo, por ejemplo). También hay que tener en cuenta la progresividad de este impuesto: cuanto más ingresamos, mayor es el porcentaje que pagamos.

El Impuesto de Sociedades

Es un tributo directo y personal que grava la renta de las empresas y del resto de entidades jurídicas. Se aplica en todo el territorio español, incluyendo Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, pero excluyendo a Navarra y País Vasco (que cuentan con un régimen fiscal propio).

El hecho imponible de este impuesto es la renta de las personas jurídicas y otros entes sin personalidad. Todas las entidades que cuentan con personalidad jurídica propia deben pagar el Impuesto de Sociedades (fundaciones, asociaciones, cooperativas y hasta sociedades unipersonales).

No obstante, existen algunas excepciones: el Estado, las comunidades autónomas, las reales academias o el Banco de España, entre otras.

Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados

Este tributo reúne tres impuestos incompatibles con el IVA y entre sí:

1. Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales de carácter oneroso: grava las transmisiones de patrimonio entre personas si ambas partes obtienen un beneficio. Por ejemplo, en la venta de un vehículo o el alquiler de una vivienda. Este impuesto se encuentra transferido a las comunidades autónomas.

2. Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados: grava diferentes documentos notariales (escrituras, actas, testimonios notariales…) que están formalizados en España o en el extranjero (siempre y cuando tengan efecto en nuestro país).

3. Impuesto sobre Operaciones Societarias: grava los aumentos, la constitución y las reducciones de capital. También la disolución de empresas, escisiones, fusiones y aportaciones de los socios para reponer pérdidas, así como el traslado a territorio nacional del domicilio de una sociedad.

En conclusión

Estos son los diferentes impuestos en España. Además del IRPF y el Impuesto de Sociedades, existen el IVA, el de Transmisiones Patrimonales y otros muchos. No obstante algunos, como el IBI, pueden ser recaudados por los ayuntamientos. Recuerda la labor profesional de asesores y gestores, que pueden ayudarte a pagar menos impuestos. Y, además, se encargarán de presentarlos por ti y de asesorarte sobre las dudas que tengas.

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Socio y abogado de la empresa INTEXT asociados. Gabinete asesor en materia de extranjería, Especialista en el asesoramiento de pequeñas y grandes empresas, desarrollando las formulas idóneas para desplazar plantillas de trabajadores.

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